Marina Lema Riqué artista visual nacida en Montevideo- Uruguay. 

1962-2021

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De muy niña dedicaba horas a dibujar y pintar y en su temprana adolescencia incentivada por su madre concurre por dos años a un taller de dibujo. Siguió luego, un proceso de investigación, análisis y trabajo en forma autodidacta y solitaria.

Comienza a exponer desde muy joven en forma colectiva con un grupo de artistas independientes y en 1987 realiza su primera exposición individual titulada "Resumen Montevideano". En este período, representa delicadamente a personas que viven en la calle en soledad y  desamparo, empleando como técnica acuarelas en colores suaves.

Más adelante, en una explosión de colores en acrílico en la muestra llamada "Concierto al Rojo Vivo", se aprecia una mirada aguda y crítica al comportamiento humano sensible solamente a los brillos externos, a la hipocresía, a la Vanidad.

Unos años más tarde aparece "No Va Más" con un fuerte expresionismo y como un nuevo cuestionamiento al grupo social desorientado e insatisfecho por la codicia y la ambición desmedida. Personajes grotescos, con gestos desaforados, con actitudes egoístas.

Junto a lo bidimensional, en ambas ocasiones recurrió al uso de objetos cargados de simbolismo profundo y explícito.

Tanto aquí como en las exposiciones siguientes ha integrado performances con artistas del teatro y la danza.

Transitó una etapa como vestuarista de teatro independiente, ilustró libros, ha realizado murales para espacios públicos y privados, y diseños para comparsas lubolas.

A partir del año 2005 comienza a profundizar en su búsqueda personal a través del estudio del Pathwork, desarrollando este sistema de conocimiento psicológico-espiritual. Sus obras comienzan a reflejar un proceso más íntimo y usa el Arte como herramienta para profundizar en su camino personal y con el anhelo de compartirlo con aquel a quien toque alguna fibra de su ser.

Asimismo en esta etapa comienza a integrar la docencia volcando el arte junto a este sistema de estudio.

Las exposiciones de “Santas y demonios” y “Viaje Interior” reflejan esta nueva etapa.

La sinestesia del color junto a sus emociones la ha llevado a trabajar casi en monocromos, prosigue con un lenguaje expresionista y simbólico que le sirven para catalizar sus estados valiéndose además del recurso de instalaciones, esculturas, objetos de arte y poesía.

Continúa con la pintura acrílica y las tintas ya que el agua es el medio que le agrada y emplea técnicas mixtas con carbón y carbonilla sobre variedad de soportes.

Lo espiritual en el Arte de Kandinsky, los surrealistas como Max Ernst y Leonora Carrington, el Logicofobismo de Remedios Varo, Egon Schiele y los Expresionistas, son los movimientos y artistas que la apasionan.

La  artista  busca representar su propia existencia, compartir los sueños, las interrogantes del Ser, para identificarse y que nos identifiquemos. Espera una complicidad, inquietar, movilizar y vibrar junto a los otros.

Si bien lo onírico está presente, parte de temas reales, que derivan por senderos irreales,  inciertos e inesperados. 

Produce y expone para no caer en el cansancio del mundo.....siente que la contemplación colectiva revitaliza el sueño.